Hace un par de semanas me llegaron tres ejemplares de la nueva traducción que ha aparecido de las Aventuras de Tintín.
Portada del libro
Concretamente se trata de la traducción al alemánico (o liechtensteiniano) de El cetro de Ottokar (Am Ottokar sis Zäptr) y ha corrido a cargo de la editorial Van Eck Verlag de Liechtenstein.
Además, he tenido la suerte de recibir un ejemplar dedicado por su traductor.
El próximo 30 de abril se celebrará una subasta en la casa Artcurial donde el plato fuerte es la plancha de las últimas páginas de El cetro de Ottokar.
Plancha que se va a subastar
Un dibujo en tinta, publicado en 1939 por Casterman, de 39,5 x 60 cms, y que se estima rondará una cifra astronómica:: 600 000 – 800 000 €.
Tras un (breve) período de descanso vacacional retomo el pulso de este espacio con una entrada que me reporta una gran alegría.
Se trata de la consecución de uno de los que (según mi opinión) forma el trío de traducciones de Tintín más difíciles de conseguir, el alguerés, el búlgaro y el feroés.
Por fin he conseguido una de las dos aventuras que se tradujeron al feroés; Tignarstavur Ottokars, que se tradujo y editó en el año 1988 y del que hay muy pocos ejemplares.
Para quien quiera más información: el feroés es una lengua escandinava occidental insular. Es una lengua hablada por unas 48 000 personas en las Islas Feroe y por unas 12 000 en Dinamarca. Es una de las dos lenguas escandinavas insulares (la otra es el idioma islandés). Tienen su origen en el antiguo nórdico que se hablaba en la península escandinava durante el tiempo de los vikingos. Aunque la forma escrita tiene muchas similitudes con el islandés, la pronunciación las diferencia significativamente. Los hablantes de la lengua feroesa tienen facilidad para entender y sobre todo para leer el islandés sin necesidad de estudiarlo.
Uno de los ejemplares que hace crecer cualitativamente la colección de libros en idiomas… Además, con éste, alcanzo la cifra de 90 traducciones de Tintín y ya «sólo» faltan 22.
Esta vez, la prestigiosa casa Millon, sacó a subasta numerosas planchas originales de cómic.
El mayor precio lo alcanzó un original de Hergé, de El cetro de Ottokar, firmado y dedicado por el autor; 539.800 euros, superando con creces la estimación de 350.000 – 400.000 euros.
Buenas noticias para el mundo de la banda diseñada.
El pasado 2 de septiembre salía de la cadena de impresión la nueva traducción de Tintín, Skeptri i Otocarit; en este caso al albanés.
Se produjeron 2.028 ejemplares y fueron puestos a la venta durante la celebración del pasado Salón del libro de Tirana (la capital de este país balcánico), del 12 al 16 de noviembre.
Gracias a las personas que hicieron posible que ahora forme parte de mi colección.
Pues resulta que un señor en Bélgica (esto parece el comienzo de un chiste) acaba de encontrar una plancha original de Tintín dibujada por Hergé cuando movía un mueble de su casa.
El coleccionista belga había olvidado que poseía una hoja original del álbum El Cetro de Ottokar, por lo que, además de la consiguiente sorpresa, ha aprovechado la oportunidad y dicho objeto será subastado el 22 de noviembre en Artcurial, con un precio final estimado entre 200.000 y 300.000 euros.
Fragmento de la plancha encontrada
Yo, por mucho que mueva muebles, no tendré esa suerte…
Me avisa Roberto, de la librería La Flor de Chamberí, de un detalle curioso que ha notado con el nuevo diseño de la colección de Juventud:
En la nueva edición de los álbumes de Tintín numerados, en la portada de El Cetro de Ottokar, aparece Tintín con el jersey (que salía siempre en blanco en España) ya de azul. Si bien lo ideal sería que fuera camisa y corbata azul pálido, pero eso ya modificaría la portada original del maestro.
A ver si alguien de la Editorial Juventud confirma el cambio y el motivo del mismo.
Últimamente he conseguido comprar dos de los PopHop editados en 1971. Concretamente se trata de los ejemplares de:
L’Ille Noire (La Isla Negra)
Le Sceptre d’Ottokar (El Cetro de Ottokar)
Voy a ver si consigo completar esta mini-colección a precios no prohibitivos, porque es difícil encontrar estos libros sin que sus propietarios pidan su peso en oro.