He querido dejar pasar un tiempo desde que la semana pasada floreciesen las noticias sobre la nueva aventura de Tintín que se publicará en el año 2052, para intentar hacer un análisis «en frío».
La noticia aparecía en casi todos los medios y decía lo siguiente:
La editorial Casterman y la sociedad Moulinsart, gestores de los derechos sobre la obra de Hergé, han anunciado la publicación de nuevas aventuras de Tintín hacia 2052, para evitar que el célebre personaje pase a ser de dominio público al cumplirse los 70 años de la muerte del dibujante.
Vamos por partes…
Primero, Hergé murió el 3 de marzo de 1983, por lo que los 70 años se cumplirán en 2053.
Segundo, todo esto me parece una estrategia de marketing o publicidad, así, sin más. Como dijo Fanny Rodwell, «tenemos 40 años para pensarlo«, eso quiere decir que es probable que ninguna de las personas que están ahora manejando el timón de Moulinsart estará con vida o con ánimo de enfrentarse a una tarea como la de supervisar la continuación de la obra de Hergé. ¿Por qué ejercer de «pitonisos» o videntes con tanta antelación?
Tercero y más importante, Hergé dejó muy claro que no quería que se continuase su obra. Obviar de esta decisión es ir en contra de la última voluntad de alguien que es una institución en Bélgica. Imagino que habrá alguien que piense en llevar esta decisión a los tribunales para que se respete la decisión del maestro.
Me parece una osadía grandísima empezar a hablar de la continuación de la obra de Hergé con 40 años de perspectiva. Si Moulinsart y Casterman lo tienen tan claro, que lleguen a un acuerdo y continúen ahora mismo con las Aventuras de Tintín, ya que tienen los derechos. No tienen que esperar a 2052 o 2053.
Como no sé si estaré aquí para verlo, me da un poco igual; pero me parece triste que jueguen así con la voluntad de Hergé.
La noticia se pudo ver, por ejemplo, en: